Con mis manos

Como ya he comentado alguna vez aquí, amo el PAPEL

Me gustan sus texturas, sus colores, sus olores y ni hablar de las mil y una posibilidades que ofrece para casi cualquier cosa. Es un material tan noble y tan increíblemente versátil que siempre es un gusto ponerse en contacto con él.

Papel hecho a mano

Entrar a una papelera produce en mi una embriaguez intensa que cuando se combina con la tarjeta de crédito, produce estragos colosales en la economía familiar ;o)

Esta vez, entré en una papelera, pero a lo que se llama la “Casa de oficios”. Me metí en la “cocina”, el lugar donde se hace el papel y donde se usa el papel como materia prima y tomé un curso de “Encuadernación básica”.

En plena clase

Así es que durante 5 martes, cortamos; pegamos; cosimos; dibujamos; calamos; prensamos; guillotinamos; refilamos para finalmente maravillarnos con lo producido.

Materiales y cosidos

Cuando miro terminado MI CUADERNO, siento ese saborcito que tienen las cosas hechas con las propias manos.

Inigualable!

Mi cuaderno desde distintas miradas

Mi costura

Mi cuaderno con señaldor y capitel en primer plano

Mi tapa

Qué horror!

Tanto como odiar, lo que se dice odiar, no …
pero lo cierto es que le guardo cierto resentimiento, antipatía.

Cuando era adolescente, y resistiendo a las inseguridades propias de esta edad, me solía causar ciertas asperezas y sinsabores. Digamos que a las cuestiones “vergonzosas” del crecimiento que comenzaban a aflorar, se le sumaba este ingrediente poco feliz de mi persona.

A mis treinta largos, no es algo que me saque el sueño (tengo grandes y reales defectos de los cuales ocuparme), pero bueno … ciertas mañanas (húmedas como la de hoy), me gustaría no mirarme en el espejo! ;o)

Es profusa, saludable y con una media de crecimiento envidiable.
El gran problema es su rebeldía. Es indócil, irreverente e inmanejable y además con dificultades para definirse: ni lacio ni rulos, tan solo ondas pedorras con poca personalidad.

Cierta audacia me ha hecho pasar –varias veces- del largo al cortito sin pudor (total se regenera), pero la verdad es que no he tenido suerte y sigo buscando al peluquero que haga, por fin, el milagro!

La humorada es de Maitena