Hay un tren que no es igual al resto.
Emociona, enorgullece, conmueve.
Un ejemplo de cómo ser solidario con pequeños gestos.
Nació por la necesidad de llevar asistencia médica y sanitaria gratuita a pueblos carecientes del Norte Argentino, donde en muchos casos no hay hospitales, ni salas de primeros auxilios, ni médicos permanentes.
En 1980, la “Fundación Alma”* transformó 3 vagones en desuso en un “Tren Hospital pediátrico” modelo equipado para prestar atención sanitaria gratuita.
El tren-hospital carece de tracción propia: parte de la estación terminal Retiro en Bs. As., enganchado a trenes cargueros que circulan por la línea del ferrocarril Belgrano Cargas.
Un vagón dispone de dos consultorios médicos con baño, un quirófano para cirugía menor, un consultorio odontológico, laboratorio, sala de rayos y revelado, una sala para el servicio de asistencia social y un vestuario para los chicos que llegan para la atención.
En el segundo vagón se alojan los médicos y profesionales en camarotes de dos cuchetas cada uno, con un baño completo cada dos camarotes. Además hay una sala de estar, comedor y ante cocina.
La planta permanente de profesionales está conformada por: 2 médicos clínicos pediatras, 2 odontopediatras, 2 asistentes sociales, 1 bioquímico, un técnico radiólogo y un enfermero . No son siempre las mismas personas, aunque se mantienen las profesiones.
El tercer vagón contiene la cocina comedor del hospital y es la ubicación para el personal de mantenimiento (1 cocinera, 1 mucama y 2 mecánicos), despensa, camarotes, baño, y sala de máquina que cuenta con dos motores diesel que proveen electricidad para la operación autónoma de los equipos, aire acondicionado y abastecimiento de agua, permitiendo que el tren hospital pueda funcionar en pueblos sin electricidad.
Este tren hace un viaje mensual de 15 días entre marzo y noviembre y recorre habitalmente las provincias del norte: Jujuy; Salta; Tucumán; Chaco; Formosa; Santiago del Estero y Santa Fé .
*Una ONG sin fines de lucro creada por el médico pediatra Martín Jorge Urtasun en 1973 con la misión de crear, mantener, mejorar y operar servicios asistenciales al diagnóstico y tratamiento pediátrico.
No cuenta con subsidios ni apoyo estatal permanente. Los miembros del consejo de administración y los profesionales que prestan el servicio no cobran suelos ni honorarios.